by jEAN-PIERRE
VILLAFAÑE
La obra de Jean-Pierre explora, de manera satírica y macabra, cómo se disponen los ambientes sociales según nuestras nociones de intimidad, sexualidad y autoconcepto. Mediante figuras entremezcladas y carnavalescas, sus pinturas develan una mirada empática pero mordaz hacia la ineludible performatividad del ser. Pese a los referentes decadentes y el tono corrosivo de su obra, hallamos un aliento optimista. Puesto que las figuras que componen estos óleos sugieren, siempre vigorosas y desbordadas, un sinnúmero de escenarios llenos de posibilidades. Capaces no sólo de coexistir, sino también de complementarse.
Inscritos en interiores domésticos semejantes a barras, museos, plazas públicas o centros culturales, los personajes bailan, beben y cantan. Superpuestos e hiperconectados. En un mundo donde las nociones de lo público y lo doméstico han sido obliteradas súbitamente. Deseosos no de retener los fragmentos de una vieja realidad, sino de reconfigurar las relaciones interpersonales y la manera en que los cuerpos se desplazan por espacios funestos. Las sátiras de Jean-Pierre, rebosantes de ritmos y colores llamativos, suscitan estados ambivalentes, ricos en ironía, alegría, ternura y desprecio.
Jean-Pierre’s work examines satyric, and sometimes macabre, social settings that underlie
self-concept, intimacy, and sensual experiences. Representing intermingling carnivalesque
figures, his paintings direct an incisive but empathetic gaze towards the self-conscious performativity of being, expressing striking rhythms and improvisational techniques that
manifest as acts of deviation. In his play, the human body becomes a stage: sensuous, lyrical lines and dense figures of luminous color act as linguistic elements, each directing
its own physical weight and affect on the bodily subjects.
La obra de Jean-Pierre explora, de manera satírica y macabra, cómo se disponen los ambientes sociales según nuestras nociones de intimidad, sexualidad y autoconcepto. Mediante figuras entremezcladas y carnavalescas, sus pinturas develan una mirada empática pero mordaz hacia la ineludible performatividad del ser. Pese a los referentes decadentes y el tono corrosivo de su obra, hallamos un aliento optimista. Puesto que las figuras que componen estos óleos sugieren, siempre vigorosas y desbordadas, un sinnúmero de escenarios llenos de posibilidades. Capaces no sólo de coexistir, sino también de complementarse.
Inscritos en interiores domésticos semejantes a barras, museos, plazas públicas o centros culturales, los personajes bailan, beben y cantan. Superpuestos e hiperconectados. En un mundo donde las nociones de lo público y lo doméstico han sido obliteradas súbitamente. Deseosos no de retener los fragmentos de una vieja realidad, sino de reconfigurar las relaciones interpersonales y la manera en que los cuerpos se desplazan por espacios funestos. Las sátiras de Jean-Pierre, rebosantes de ritmos y colores llamativos, suscitan estados ambivalentes, ricos en ironía, alegría, ternura y desprecio.
Inscritos en interiores domésticos semejantes a barras, museos, plazas públicas o centros culturales, los personajes bailan, beben y cantan. Superpuestos e hiperconectados. En un mundo donde las nociones de lo público y lo doméstico han sido obliteradas súbitamente. Deseosos no de retener los fragmentos de una vieja realidad, sino de reconfigurar las relaciones interpersonales y la manera en que los cuerpos se desplazan por espacios funestos. Las sátiras de Jean-Pierre, rebosantes de ritmos y colores llamativos, suscitan estados ambivalentes, ricos en ironía, alegría, ternura y desprecio.
Jean-Pierre’s work examines satyric, and sometimes macabre, social settings that underlie
self-concept, intimacy, and sensual experiences. Representing intermingling carnivalesque
figures, his paintings direct an incisive but empathetic gaze towards the self-conscious performativity of being, expressing striking rhythms and improvisational techniques that
manifest as acts of deviation. In his play, the human body becomes a stage: sensuous, lyrical lines and dense figures of luminous color act as linguistic elements, each directing
its own physical weight and affect on the bodily subjects.
